jueves, marzo 08, 2018
DÍA DE LA MUJER *Jesús libera y dignifica a la mujer*
*Jesús de Nazaret, un amigo de las mujeres*.
Las mujeres que siguen a Jesús perciben en él una actitud diferente. No escuchan de sus labios expresiones despectivas, tan frecuentes en los rabinos. No lo escuchan exhortando a que vivan sometidas a sus esposos ni al sistema patriarcal. No hay en Jesús animosidad ni prevención alguna frente a ellas. Sólo respeto, compasión y una simpatía desconocida.
*Lo que más sorprende de Jesús es la manera sencilla y natural como va redefiniendo, desde su experiencia de Dios, el significado de la mujer, echando abajo los estereotipos vigentes en aquella
sociedad*.
No acepta, por ejemplo, que la mujer sea considerada ligeramente como fuente de tentación y ocasión de pecado para el varón. En contra de la tendencia general, nunca previene a los varones de las artes seductoras de las mujeres, sino que los alerta sobre su propia lujuria (Mt 5,28). Jesús corrige también, en casa de sus amigas Marta y María, aquella visión generalizada de que la mujer se ha de dedicar de manera exclusiva a las tareas del hogar. Marta se afana por acoger con todo esmero a Jesús, mientras su hermana María, sentada a sus pies, escucha su palabra (Lc 10,38-42). La mujer no ha de quedar reducida al servicio de las faenas del hogar. Hay algo mejor y más decisivo a lo que tiene derecho al igual que el varón: la escucha de la Palabra de Dios.
Jesús reacciona con audacia frente al doble criterio de moralidad usado para enjuiciar al varón y a la mujer. La escena es cautivadora (Jn 8,1-11). Traen ante Jesús una mujer sorprendida en adulterio. No se dice nada del varón. Es lo que ocurre casi siempre en aquella sociedad machista. Se humilla y se condena a la mujer porque ha deshonrado a la familia; pero nadie habla del varón. Jesús no soporta esta hipocresía social construida por los varones. No es verdad que la mujer sea más culpable que el varón: _"Aquel de ustedes que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra"_. Los varones se van retirando uno a uno, avergonzados por el desafío de Jesús. Saben que ellos son los más responsables de los adulterios que se cometen en aquellos pueblos. La conclusión es conmovedora: Jesús confía en la mujer y la anima a no pecar, y de sus labios no brota ninguna condena.
*La imagen de Dios Padre que ofrece Jesús tiene rasgos entrañables y maternales*. Es un Dios compasivo que lleva a sus hijos e hijas en sus entrañas, cuida de los más frágiles de la creación, abraza y besa efusivamente a los hijos perdidos al recuperarlos vivos.
*Jesús libera y dignifica a la mujer*
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