Desde nuestro carisma MJMJ llevamos recorrido un camino de cercanía y comunión con los más sencillos, los más débiles de nuestro entorno, pero ¿hemos conseguido seducir apasionadamente por Cristo, Palabra y Rostro de Dios Abba, a los más excluidos, a los más dañados de nuestros pueblos, a los preferidos del Reino?
Necesitamos la fuerza del Espíritu que conducía a Jesús: Ven Espíritu Santo, rompe la rutina de nuestro mensaje, fuerza materna que haces renacer constantemente nuevos brotes de Vida en nuestra tierra, recrea nuestra misión, inspira en nosotros/as, con la fuerza de tu creatividad, nuevos caminos para anunciar, con nuevas fuerzas, la Vida del Evangelio.
(Isabel misionera JMJ)
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