Peregrinación de Jóvenes a Santiago de Compostela.
Archidiócesis de Madrid
Compartimos la dicha de haber participado en la Peregrinación Diocesana de Jóvenes a Santiago de Compostela, con motivo del Jubileo 2010; como preparación a la JMJ
con Benedicto XVI en Madrid Agosto 2011.
con Benedicto XVI en Madrid Agosto 2011.
Nuestra experiencia de peregrinas con los jóvenes fue de una riqueza enorme, puesto que, vivimos muy junto a ellos el sentir de una espiritualidad de comunión emergente en la Iglesia, con grandes deseos de conocer y seguir a Jesús.
Muchos de ellos dejaron sus vacaciones, sus comodidades, todas sus seguridades, sin temor a nada, con muchos deseos de convertirse en testigos creíbles de Jesús, en este mundo “laicista” en el que pareciera que Cristo está perdiendo su lugar.
La llamada de nuestros pastores “sacerdotes” es a un compromiso por Cristo con una “Fe firme”, sin evasiones, hasta las últimas consecuencias, conscientes de que “lo que yo no haga por Cristo se queda sin hacer”.
En la plaza del Obradoiro
El testimonio de muchos sacerdotes caminando con nosotros, los muchos gestos de solidaridad y fraternidad entre los mismos jóvenes, y de otros hermanos laicos, entre ellos: matrimonios, religiosas, las personas de seguridad y de organización, fue convirtiendo la peregrinación en una experiencia de comunidad cristiana, familia movida por el amor a los demás, en especial a los más jóvenes que, pudieron así, experimentar el amor de Cristo cercano y amigo.
...parada en el camino y llegada al Monte del GozoEl testimonio de muchos sacerdotes caminando con nosotros, los muchos gestos de solidaridad y fraternidad entre los mismos jóvenes, y de otros hermanos laicos, entre ellos: matrimonios, religiosas, las personas de seguridad y de organización, fue convirtiendo la peregrinación en una experiencia de comunidad cristiana, familia movida por el amor a los demás, en especial a los más jóvenes que, pudieron así, experimentar el amor de Cristo cercano y amigo.
Acompañados de un gran espíritu de alegría y esperanza, sin faltar el esfuerzo y el cansancio, avanzábamos más y más kilómetros, con poco descanso, debíamos de estar vigilantes para salir corriendo, orar y comer con los pies y la mochila preparados para continuar, muy temprano o en cualquier momento y en cualquier lugar, adaptarnos a las condiciones, con espíritu de pobres; como el pueblo de Israel, estar siempre en camino; y teniendo presente a Jesús que no tuvo donde reclinar su cabeza.
Area de descanso
Espacios de celebración y oración comunitaria
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