Con motivo de la jornada mundial de la juventud que se celebrará en Madrid del 16 al 21 de agosto del 2011 está peregrinando, en la diócesis de Madrid, la cruz y el icono que presiden estos encuentros.
Uno de los puntos de llegada de esta peregrinación ha sido la vicaría a la cual pertenece nuestra comunidad MJMJ y más concretamente la parroquia de San Miguel Arcángel, desde donde algunas hermanas fuimos a recoger el icono de la Virgen para pasar la noche del 6 al 7 de febrero, en nuestra casa, en una velada de oración.
A las 10.40 de la noche recibimos el icono junto con varios grupos de la zona, que fueron acompañando y dirigiendo por turnos esta velada, entre otros algunos padres de la escuela infantil, el coro de la capilla, la parroquia Virgen de los Remedios y los asociados MJMJ; finalizamos esta velada con la celebración de laudes y la contemplación de Nazaret dirigida por la comunidad de hermanas.
A los pies de María hemos contemplado algunos pasajes del Evangelio, hemos orado, cantado, e intercedido por cuantas intenciones se iban presentando en cada hora de oración.
Despedimos el icono de la Virgen a las 8 de la mañana, con la seguridad de que ella sigue acompañando ahora nuestro peregrinar y nuestra oración hasta volvernos a encontrar en la jornada mundial de la juventud.
Uno de los puntos de llegada de esta peregrinación ha sido la vicaría a la cual pertenece nuestra comunidad MJMJ y más concretamente la parroquia de San Miguel Arcángel, desde donde algunas hermanas fuimos a recoger el icono de la Virgen para pasar la noche del 6 al 7 de febrero, en nuestra casa, en una velada de oración.
A las 10.40 de la noche recibimos el icono junto con varios grupos de la zona, que fueron acompañando y dirigiendo por turnos esta velada, entre otros algunos padres de la escuela infantil, el coro de la capilla, la parroquia Virgen de los Remedios y los asociados MJMJ; finalizamos esta velada con la celebración de laudes y la contemplación de Nazaret dirigida por la comunidad de hermanas.
A los pies de María hemos contemplado algunos pasajes del Evangelio, hemos orado, cantado, e intercedido por cuantas intenciones se iban presentando en cada hora de oración.
Despedimos el icono de la Virgen a las 8 de la mañana, con la seguridad de que ella sigue acompañando ahora nuestro peregrinar y nuestra oración hasta volvernos a encontrar en la jornada mundial de la juventud.
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