Toda la familia misionera de Jesús, María y José estamos de celebración. Entre tantas realidades duras de las que no somos indiferentes, pues muchísimas nos tocan de muy cerca, como Chile en estos últimos días, podemos decir que también nos llega ilusión por otros caminos.
Recientemente, en Kayenzi, nuestra primera misión en Rwanda en 1970 donde empezaron las Hermanas a realizar una misión muy humilde, hemos inaugurado la Escuela Infantil San Joseph.
Nuestras misioneras comenzaron atendiendo a las mamás y a sus niños en un centro de Nutrición, pues era lo prioritario al ser la tasa de mortalidad infantil por malnutrición demasiado elevada.
Posteriormente se abrió un Centro de Alfabetización para adultos, para dar oportunidad a la juventud que no había tenido la oportunidad de asistir a la escuela o la había abandonado con demasiada prontitud.
Además, durante mucho tiempo se ha llevado a cabo el trabajo en la parte de -maternidad- en el Centro de Salud gubernamental.
Y ahora, celebramos con gozo el sueño que se ha hecho por fin realidad, esa escuela donde nuestros pequeños y pequeñas podrán disfrutar, aprender, compartir, crecer...
Nuestros niños y niñas, las futuras generaciones, el futuro que continuará trabajando por el desarrollo de un país tan rico y a su vez con tanta pobreza; un país con tantos pobres pero con tanta riqueza.
Desde aquí compartimos nuestra alegría y nuestra dicha, agradecemos a todos los que nos apoyan y animamos al mundo en general a que colaboren con nosotras y con las buenas obras de la gran maravilla de Dios.
Todos somos el presente, estemos donde estemos, y las pequeñas criaturas que viven entre nosotros o algo más lejos, son el futuro.
Familia Misionera Jesús, María y José