Aunque hablamos mucho de la situación de la mujer, aún este tema tiene poca repercusión en nuestra misión.
Hoy día la situación de la mujer es sin duda, una poderosa interpelación a la Iglesia contemporánea. Jesús inicia un movimiento itinerante carismático, donde hombres y mujeres eran admitidos en relaciones de fraterna amistad, con su praxis liberadora proclama una antropología integrada que valora la dignidad del ser humano en su totalidad, así el evangelio ofrece una propuesta de vida y de relaciones en perspectiva de comunión.
En medio de este contexto creo no está de más considerar la alteridad de la mujer en la tarea evangelizadora, y desde aquí considerar nuestra condición de mujeres comprometidas con el anuncio evangélico.
(Isabel misionera JMJ)