Este día memorable del cumpleaños de nuestra Madre tuvimos una celebración sencilla en nuestra capilla con un acto de reflexión sobre algunos temas de su espiritualidad. Y pienso que todas pudimos apreciar el gran don que Dios concedió a nuestra Congregación con una Fundadora de la calidad de ella, en sentido de humildad, entrega, generosidad y amor tan grande a Dios y a todas sus hijas. Lo dió todo hasta el final.
Esperamos que desde el cielo siga velando por la Congregación que tanto amó y de la que fué y sigue siendo el alma y el carisma que todas debemos vivir y promover a ejemplo de ella.
Que Dios la tenga en el cielo muy cerca.
Hna. María Laserna